La mujer más importante de mi vida es... mi madre.
Mi madre es la mujer que más ha marcado el rumbo de mi vida. Ha sido mi modelo y mi referencia, mi consejera y la persona que ha escuchado todas mis historias.
Si he de elegir destacar tres detalles de ella, podría mencionar estos, entre otros muchos:
- Ella ama a su familia incondicionalmente. Mantiene valores como la honradez, la fidelidad, la amistad, la constancia y la valentía.
- Ella une a su familia en cualquier adversidad. Es una gran conversadora y el diálogo paciente y constante con todos los miembros de la misma, al igual que con todas las personas, hace que a su alrededor se genere un ambiente de paz y sosiego. Asimismo, es una mujer con gran fortaleza que anima a su familia ante las adversidades.
- Ella ha ejercido la profesión de la docencia y ha formado a muchas generaciones de mujeres y hombres no solo en la vertiente académica, sino humana, pues también ha sido un referente para muchos de sus alumnos y alumnas.
Mi madre nunca se aburre, pues siempre tiene ganas de aprender cosas nuevas leyendo, en la televisión, en la radio, hablando con otras personas y en cualquier ocasión que se le presente. Dos de sus actividades favoritas son:
- Cuidar de sus nietas y mantener largas conversaciones con ellas, hablando de cómo se vivía en su niñez y juventud y, asimismo, hablando de los temas que sus nietas le plantean de una manera moderna y abierta, aconsejándolas en sus asuntos. Como he dicho, le gusta mucho hablar con todas las personas aprendiendo de ellas y valorando lo que todas y cada una puede aportar. Es una gran "dialogadora".
- Cuidar de las plantas y sus flores, que es capaz de mantener bonitas durante muchísimo tiempo. Ese amor que da a las plantas es un reflejo del amor que siempre brinda a las personas, y las plantas le devuelven su belleza en todo su esplendor.
La acción más memorable que ha hecho mi madre es traerme al mundo, arriesgando su vida, y convertirme en la persona que hoy soy, manteniéndome sana, enseñándome a formarme y ser una persona honorable, inculcándome los valores de los que hago gala, educándome en la cultura del esfuerzo y preparándome, en fin, para ser una persona lo más completa posible, respetuosa y tolerante con los demás, al servicio del mundo en el que le ha tocado vivir.
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